Pedro Martínez, un destacado miembro del Salón de la Fama del béisbol, encuentra paz en su pasión por la jardinería. A sus 53 años, el ex lanzador de los Medias Rojas de Boston es el padre de cuatro hijos y cultiva vibrantes jardines en sus tres residencias en Miami, Georgia y la República Dominicana.
La Pasión por la Jardinería
Martínez ha compartido que cuidar sus jardines es un momento de relajación. “Es como cuidar a una niña, siempre quiero que se vea bien”, comentó. Se dedica a arreglar sus plantas y flores, que incluyen rosas, tomates y lechugas, así como a la crianza de gallinas y gansos.
Un Refugio Personal desde Hace Años
Desde sus inicios en las Grandes Ligas, cuidar su jardín era su método preferido para relajarse. A lo largo de su carrera, dedicaba tiempo a limpiar y podar flores, una actividad que disfrutaba profundamente. “Era mi pasión, y sigue siéndolo”, afirmó.
Raíces en la Jardinería
Las raíces en la jardinería de Martínez se remontan a su infancia en Manoguayabo, un suburbio de Santo Domingo, República Dominicana. Su madre utilizaba esta afición para mantenerlo enfocado y alejado de problemas. “Cuando me enojaba, ella me decía: ‘Toma, corta esta planta’”, recordó.
Transición a la Carrera de Analista
Tras retirarse del béisbol profesional en 2011, Martínez se convirtió en analista de béisbol para TNT Sports. Recientemente, recibió una extensión de contrato multianual, lo que le permite continuar compartiendo sus experiencias y opiniones sobre el deporte.
Un Mensaje para las Nuevas Generaciones
Martínez también ha enfatizado la importancia de la empatía entre los jugadores. Les recuerda que no deben ser “demasiado duros” con los demás, ya que cada jugador tiene su propia historia. Su experiencia en el campo, incluyendo momentos controvertidos como el incidente con Don Zimmer, le ha otorgado una perspectiva única.
Un Nuevo Capítulo
Aunque soñaba con pasar su jubilación en su exuberante hogar en Greenwich, Connecticut, Martínez decidió dejar Nueva York. Ahora se concentra en disfrutar de su tiempo en el jardín y su familia, manteniendo su espíritu competitivo y su amor por la jardinería.
